Long-ohni
(al maestro)
Loca ruleta donde la parda muerde
el cero, el negro, nada,
banca a destiempo que gira y contragira
borracha de silencio y soledades.
Con cada golpe rueda y se escabulle
una razón demente, absurda e imperfecta
y se pierde voraz por calle abajo
entre paredes sucias y albañales.
Si te toca vivir, ya es mala suerte,
guadaña sin rival que anda a zurdazos,
calcula el cross, no yerra, nunca yerra
y te deja knock out, el rostro entre la arena
con la quijada rota y con las ganas
de volverla a encontrar en otra esquina.
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