miércoles, agosto 29, 2012

HOY ESTOY TRISTE


Hoy estoy triste. Se me llueve el alma.

El cielo suelta lágrimas de hondo

dolor de plomo que borra los colores.

Nada se mueve. Inertes, como calma

marea de peces muertos, en el fondo,

mis recuerdos, mis soñares, yacen perecidos.


No puedo izar el ánimo, ya extinto.

Por qué luchar, por qué vivir, por qué qué, algo,

Si al final del camino, el duro espejo

Me devuelve el fantasma de un sujeto

que es lo que fue, será lo que era, fue lo que tuvo

que ser, aunque no fuera

otro que el mismo, el igual, por siempre nada.


Soy esa nada, estirada al infinito

en una dimensión que sume en el espanto.

No fui, ni soy ni seré más que un quebranto.

No me queda siquiera el espesor del mito.


El universo cambia.

Yo

ni muevo el aire.



Carlos Adalberto Fernández

martes, agosto 28, 2012

Mi construcción

Mi construcción

Voy palpando paredes húmedas,descascaradas.
Ruinas. Solo ruinas. Siempre ruinas.
Únicamente ruinas me rodean.
de lo que era un luminoso reflejo de mis éxitos y poderes.
Tal vez me reconozcan, humedo, descascarado,
sólo ruinas.
Y ese aire pegajoso,
portador de agonías lejanas,
sueños carcomidos, voluntades derruídas,

Ya no encuentro pasillos, puertas,
engañosas salidas a otros mundos,
una oportunidad más de recomponer mi vida.
O al menos engañarme, hacerme un tiempo,
demorar la llegada.

El camino se ilumina tenuemente.
Gente de pie, inmóvil, seca la mirada, apretados los labios,
negros pensamientos cubiertos con negras ropas.
Me miran y los recuerdo, los revivo, revivo mi mal y su odio.
Son muchas las miradas, los recuerdos, los odios.

El dolor es insoportable. Gimo.
Los testigos desaparecen.
El camino llega al final.
Bajo una luz tenue, helada,
estoy Yo.
Cansado, dobladdo por innumerables pesos,
ensordecido por incontables voces resentidas,
enceguecido por despiadadas miradas relampagueantes
de odio,
aplastado contra el hedor del suelo
por interminables bloques de culpa y castigo

“Te esperaba”, me dice.
“solo quedaba la ilusión de escapar,
pero ya estás aquí”
Y mientras me voy esfumando
fundiéndome en mi Yo,
me dice
“Has recorrido el camino que tú construiste.
Lo hiciste sin salida”.

© Carlos Adalberto Fernández