(versos mínimos para una despedida)
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borrascoso tiempo
el que nos ha tocado,
su aroma oliendo a viejo
desencanto y fatigados huesos
que quisieran apenas
un quieto lugar en la tierra.
Quise pensar que tal vez
un seco trazo de antaño
aún fulguraba en la memoria
de los que caminaron conmigo
-mira: tan enhiesta es la rosa
bajo su grave arco solar-
y a su manera frágil dice algo
de nosotros. Pero me lleva
el aire tenso de la despedida.
He dicho que me voy,que no importa
ya cuándo ni cómo; que han huído
de pronto los pájaros,
y la hierba queda, escasa y pura,
y tus ojos demasiado lejos
y el espejo en inmutable niebla;
de otro verano los pinos. Al cabo
del día nueces amargas, y el peso
de cada palabra que cargo conmigo.
Jens
Alejandro Drewes
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