jueves, junio 04, 2009

El corazón es una tierra encantada


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Un día que esté menos fatigado que hoy,

un día (porque me sobran días

cuando estoy contigo)

tomaré tu mano felizmente

y, con toda paciencia, caminaremos.



Quiero que veas el cielo como es.

No te anticiparé ahora ni lo mínimo.

¡No insistas! Hoy no describo lo que siento.

Al paisaje no hay manera de absorberlo

con los ojos; ni cabría en las palabras

ni en los sonidos al contarlo.



Tienes que ir a explorarlo y asirlo

mano a mano, conmigo; tendría miedo

si te exasperaras y te soltaras de la mía.

Eres una hablante de ese cielo.



El paraíso no quiso perderte.

Eres la criatura más noble, graciosa,

bella, de ese lugar que tengo para tí.



Lo descubrí corazón adentro.

Comencé a saberlo poco a poco

porque vienes, me visitas

y las transformaciones existen,

así, de ese modo, maravillosas.

Los parajes resucitan tus galas.

Se cubren de primavera

y hasta las piedras, los murmullos

del agua de los ríos, dicen tu nombre,

la cristalina estampida de sus ecos,

caminante, ¿sabes?

ante criaturas con tu dulzura

el corazón es una Tierra Encantada.


Carlos Lopez Dzur

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