Alguna tarde en este solitario muelle,
mirando al mar y a sus inquietas olas,
esperaré el arribo de la barca fúnebre
y esa será la tarde de mi tarde a solas
El Sol, que se hundirá en medio de las olas,
dará postrera luz al mástil y a las velas
y unas gaviotas se irán también,
tal vez adonde existen las estrellas
Serán de sombras la barca,
el muelle, mi imagen y las olas
Y algunos dirán, tal vez,
¡Que tristes son las tardes en el muelle
Guzmán Lavenant
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