Busco con perseverancia
en cada rincón de mi existencia
las horas vividas en la infancia
que supieron rodearme de inocencia.
Dorados años infantiles
abarrotados de juegos y amigos.
Geniales, aunque puedan ser pueriles
por eso los pongo de testigos.
Sin especulaciones ni objetivos,
sólo eran tiempos de alegría.
Marchaban con sabores descriptivos
para quienes de la vida no sabían.
Glaucos, casi transparentes
una vorágine de luces y sabores.
Con placeres de novedades inminentes
rodeados de luces y colores.
Oscar Néstor Galante.