sábado, abril 19, 2008

COBARDÍA

burlando la escena

y yo aquí, sin verte,

sin oírte, sin tenerte

colaboro con él.



Siglos como segundos

vestidos de ruego

claman por tu presencia,

se asfixian sin notar

que no necesitan el aire para vivir

sólo precisan de nosotros

de nuestro amor conjugado

en un participio eterno.



Las lágrimas anegan periferias

escinden uniones

reflejan rutinas

y las perpetúan.



Impávida observo

las manecillas del reloj,

en inercia conservo

tu recuerdo

gastando la saliva

robada al grito de tu invocación.



Otra hora se marcha

y mi alma cobarde la sigue detrás...



Liliana Varela 2008

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