
de sopesar,
las cosas todas,
cuando son claras;
matan al mensajero.
La palabra es maravillosa,
el maravilloso abanico de timbraciones,
la hacen jardín del edén;
si no es metrallística.
Quienes no saben discernir,
de civilizada manera, el tú eres tú; y...
yo no comparto pero te respeto.
Son victimisticos seres,
que avinagran el más dulce vino,
de mí Axarquía.
10 03 22
Migé S. APARICIO, 1945
Vélez Málaga, Andalucía
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