Al compás de un tango arrabalero,
con andar cadencioso de caderas,
absorta queda rendida en sus brazos.
Los melodiosos acordes de un bandoneón,
repiquetean
Seducidos los cuerpos se contornean,
en una maraña de movimientos.
Danzarines ávidos de ilusiones,
unen su existir en corporal lenguaje.
En cada paso se entregan en vida:
cortes, quebradas y firuletes,
exhiben con elegancia sobre escenario.
La pareja enlazada disfruta la magia,
de la romántica noche tanguera.
©SKORPIONA
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