Tras la primavera, el estallido sobrevino
y la noche –oscuro rectángulo- es dada
como alimento a los pájaros.
Radiante por el agobio del sol
he de desgajar este verano sin morir.
Morder la vida de los más fértiles,
engullirlos cual naranjas:
las células y las fuerzas / la pulpa y la sangre.
Gozar de la entrega espontánea de las mismas.
Inflamada llama, el devenir de los orgasmos
sostiene fuerte toda esa energía animal
que halla el inconsciente liberado.
Los restos de hoy hacen florecer
azahares en otros naranjos.
Patricia Ortiz
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"Mirar la textura del río / colándose por el callado jardín de la noche / hasta la rubia maleta de quien lastima / con su ligero dolor y no responde." Hugo Patuto.
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