jueves, abril 30, 2009

SE DESLIZÓ EN MI LECHO















La Luna llena se deslizó como sierpe

invadió mi cuarto, mi cuerpo y mi alma.



Penumbras jorobadas

se pelean todos los espacios .

Entre los rincones estrujan mis deseos.

Me miro en el espejo

y él me devuelve un rostro que desconozco.



Oigo un narrador y en su voz

se agitan los pliegues de la Historia

dejando caer empeños de razas guerreras,

antropófagas,

agazapadas entre cortinajes de resabios.



Gimen los recuerdos

ante los cataclismos escribanos.

Documentados archivos

Estampados o cincelados

en pieles o en rocas,

tablillas que dormitan en las capas

del vientre de Gea.



Sigo mirando hacia el espejo…



Detrás de mi se levanta una muralla

fabricada con las taras de la especie.

Tapial amasado con sangre y lágrimas

amarrado con las crines de corceles bravíos

apisonado con el paso marcial

de un ejército que carga en su mochila

pesados fanatismos

andamiaje o columpio

de malabares de ese albañil

llamado “hombre”.



Dejé de mirar ese cristal

y sentí la piel de mi cara.

El resto de mi cuerpo tuvo hambre.



La luna se deslizó hasta mi lecho

me amó en silencio, le correspondí

y sentí cabalgar en mi cuerpo la esperanza…



Ana Lucía Montoya R.

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