lunes, diciembre 07, 2009

QUIÉN

He sido clara, dejé mis directivas frente al horno aquél.
Dije que me iría tras el otro lado donde el ocaso no quiere morir.
Cuando morir en vida es sólo matar al ideal de lo que creemos nos existe.
Fui clara, dejé expresado que del lado Este donde son arrojadas las plegarias de los desesperados, los que menos recuerdan ser agradecidos, cuando los polos de sabiduría y locura nos encuentran jugando a las tortitas de barro/de problemas qué lerdos descubrimos se llamaban en realidad posibilidades.
Pero lo dejé claro. Explícitamente: no me llamen.
Desde el salto al abismo el fulgor de la muerte y es la vida que nos consume. Adicciones estas no condenables cuando nadie mira por la vía dolorosa donde la coima no es crédito para ningún vencedor.
Y vencedores vencidos, allá fuimos donde los restos se nos quedaron junto a los que nos restaron.
Ellos quedaron muertos y a mí me mataron. Los medicamentos sanadores me sepultaron capas tras capas la imaginación. Ahora ya no escribo, ni mido en tus ojos lo que te escribía, ni puedo leer lo que la palma de tu mano me oculta.
Ahora que del vivir poco y nada se oscilan en la balanza del mal por el bien de mi perdón. Ahora que el precio que una paga por vivir es decir vivir es una gran mentira. Un tránsito-la dificultad- la piedra de esa memoria- dónde la venda caída- dónde el tuétano nos resiste y el vehículo del cuerpo echo de cenizas en holocausto, abonando al ciprés para que del alma le crezcan alas- Alas hacia el Retorno.
He sido clara. Expuesta en los peligros. Expuestos los peligros. Sacudida de advertencias y de Talmud. He sido clara. Con la frente pegada al Muro y la boca despellejándome la última plegaria. He sido clara. Pero quién. ¿Habrá el que abra?
¿Quién asumirá parte de mis lágrimas?

Fanny G Jaretón

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