lunes, noviembre 27, 2006

Amor

AUTOR: Salvador Pliego

¡Qué ganas de mirar tus ojos!
Mi hinco en tu pupila por tocarlos
y el otoño se deshoja por rozarlos
cuando se abren en sus ramas.

¡Qué ganas de mirarte toda!
Nacer desde tus manos
a la suavidad del pétalo,
a la frescura de un manzano
que se endulza desde el árbol,
a la hermosura de tu encanto.
Saborear la danza, como el colibrí,
que en su cotidiano aletear
seduce a la flora: le habla,
la corteja y la bendice.

¡Qué ganas de besarte toda!
Tener la boca que refresca y ama
y seduce y sólo a mí me llama
porque habla de mi boca.

¡Qué ganas de sentirte toda!
Y regalarte un beso cuando oigo
la palabra que me nombra
y me vuelve dócil en tu aroma.

¡Amor!. Me llamas y trastocas,
me agitas y emocionas,
me vuelves todo y nada
y no encuentro más respuesta que mi boca.

¡Qué ganas de tocarte!
¡Qué ganas de palparte!
Vibro y siento los latidos
y no hay respuesta más allá
que mi boca que te toca.
¡Qué ganas de besarte!
¡Qué ganas de besarte toda!

No hay comentarios.: