lunes, noviembre 06, 2006

AUTOR: Cristina Longinotti (Buenos Aires, Argentina)

Porque vendí mis ángeles inciertos
sin cuidarme del cielo y de la aurora
que huían sobre mí, me encuentro ahora
sin ángeles ni cielos descubiertos.

Porque maté de ayer todos mis muertos
y quemé mis jardines y mi hora
detuve en el crepúsculo a deshora,
estoy vagando espinos y desiertos.

Porque dejé la vida en un baldío
y el alma tiritando una ventana
abierta hacia la noche y hacia el frío,

estoy nevando el alba y, a desgana,
estoy desalojando el pecho mío,
cayéndome sin fin de la mañana.

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