viernes, noviembre 10, 2006

Encuentros

AUTOR: Salvador Pliego (México)

Refresca y alienta con tu suave mano el acorde de la noche.
Aún vagan como niños los suspiros del último encuentro.
De tu pecho, de tu muslo aún salpican besos
y laten hilarantes los sonidos que tocase.
¡Ah! Eres mía, toda mía…
No hay refugio para ti entre el sonido
ni en los gritos del gemido.
Y te vuelcas, me vuelco donde sábanas
hablaron de escondrijos,
mientras alas se agitaban y fecundaban sin destino.

¡Ah, la cópula de besos!,
¡Ah, la cópula de cuerpos!
En la infinita saciedad de besos
que bañé en tus senos;
En la insaciable redención de mirlos
que tocase entre los dedos.

Y el alba vino a ti sin respirarte
mientras yo escuchaba
de un latido tu boca sobre el muelle.
Bocanadas de aire se fueron por tu vientre.
Bocanadas de olas regalando la simiente.
Y quedó la noche entre tu pecho y su vertiente,
entre tus manos y tu frente,
entre tu sangre y cada instante.

¡Ah!, tu cuerpo en las alas de la noche.
¡Ah!, los besos que extrajiste del perfume de tus genes.
Los sonidos se quebraron en tu boca,
se esparcieron como algas que buscaban las corolas.
Eras mía, toda mía…
en esa noche de infinita cofradía.

Me despierto en el silencio de los ecos
y aún vagan los suspiros,
como niños, tras el último respiro.

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