
.
.
.
.
.
.
.
.
Esculpirán mi nombre: aquel que arrendé por un tiempo,
ese que otro poseerá un día cualquiera
en algún sitio de este mundo que mis huellas recibió.
No lo veré; no sabré cómo quedan las letras grabadas,
si algo torcido volvióse accidente,
si la belleza del mármol fue suficiente
para albergar las horas que mi vida trocó.
Lapida-testamento serán jeroglíficos
datos de años que a nadie interesan
epitafio incierto de quién no ha conocido
más que cáscara de lo que mi alma mostró.
Y seré...
una flor quizás dejada por mano bondadosa,
un susurro de espuma dispuesto a no ser,
un gemido, un ahora sin mañana...
lápida fría, un recuerdo...
y el fin.
Liliana Varela
1 comentario:
Enormeee, poema, ché.
Emilio.
Publicar un comentario