Se aglomeran las hojas
de los árboles como nuevas congojas.
Sin identidad y sin avenires .
Claudicando sueños,
enterrando pesadillas sucesivas,
le llaman convicto 05432,
veintidós años de reclusión,
causal, asesinato
en la vía pública de Kilimanjaro.
Inerte como su destino,
en su celda inhóspita
y nauseabunda .
Viento , viento, viento
toca almas desvariadas.
© KELLYPOCHARAQUEL
1 comentario:
La pesadilla del preso: soñar con el Sol en la calle.
Un bello poema, Raquel.
Emilio.
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