domingo, marzo 22, 2009

Estoy buscando un caminante

Apariencia tiene de humilde desamparo.
Homo Viator del Medievo lo designan
y transeúnte de los nuevos caminos
De lo viejo cansado. El nutre nuevas vivencias,
enriquece y nada teme que la vida imponga.
El sacrificado, osiriano es.

Su ambición es buena, digna de su ruta jacobea
y sus pies los desgasta, lamiendo el oro
que no perece. Horus no se pulveriza en el tiempo.
Alguien capaz de hallar un cuerpo degollado
cuya cabeza bajo el brazo
habla a las conchas de veiras, dice:
«Busco a caminantes que me hallen,
a peregrinos que rescaten mi secreto».
Secreto conocido en Roma y antes
en Jerusalén... «te busco, Segarra»,
porque hice viaje de vuelta desde España
y quiero testigos que digan
«quien encontró a la Virgen regresó
a Jerusalén», te quiero, hijo de Judea,
niña del diente y del olor de ajo, iré por tí.
En Toboso se te añora, con quijotesco amor.
hija de luna y de Tzaddi, Sokharis selenita,
Basilisa, reina de Ghimel, el sacrificado, osiriano es
y tiene un secreto para el Mediterráneo
y busca caminantes que hallen
su cabeza en el degüello y cambien
los amuletos santiagüiños por la libertad.

08-08-2006 / Indice: El libro de la amistad


http://carloslopezd zur-carlos. blogspot. com/2009/ 02/el-libro- de-la-

amistad-y-el- amor.html

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