juan sagarda
Caparazón fundido de miedos
amparándose bajo su lluvia pasional,
el deseo de tu abrazo
llama la
dermis profunda,
manojo de fuego
que crece como la zarza
a la décima tercera hora del día,
te saborearé a la medianoche,
tratando de seguir siendo
el anónimo conocido.
SANTOAMOR
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