lunes, septiembre 08, 2008

ATARDECER


Los asfaltos y muros ciegos,
inundados por la sombra violácea.
En ellos deambulan el viento y los pasajeros,
nada permanecerá inmutable
en el tiempo.
Puedo sentir el aliento húmedo
del río.
Sé que es verano.
Sé que me he perdido.
Deambulo dentro de estas paredes.
Sólo un destino vano,
como los sueños del hombre.
Recuérdate porque nadie lo hará por ti.
Reconfórtate en el silencio solitario.
Pues nos invaden las máscaras iluminadas
por última vez.
Violeta.
Púrpura.
Carmín.
El cielo se deshace.
El tiempo se termina.
Y tu silencio es otra pared,
otro muro ciego,
del cuál no puedo huir.
No puedo olvidar.
Se acercan los olores mojados
de la lluvia.
Palidecen los rostros desconocidos,
aferrados en sus escondites,
ocultos de la vida.
Sé que el próximo jacarandará
irá a deshacerse,
como este cielo,
como mis manos,
como tú.
9 de Noviembre de 2001.
Amparo Carranza Vélez.

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