ISRAEL CARE
Y huyo el poeta, con sus ojos sumidos en llanto,
Respirando el dulce dolor del amor,
Con el alma envuelta en un hondo quebranto,
Porque a despues de haberle amado tanto,
Ese inmenso amor, jamás le importo…
Camino la senda del trágico olvido
Y a pesar de su inmenso dolor…
Al verle cerca al cerezo, su cruel olvido no le importo.
Y con la inocencia que envuelve a un niño,
En sus manos le tendió el corazón…
Con sus brazos llenos de súplica,
Sus rodillas en el pedregal estrello
Y un sutil beso, su velo perfumado rozo,
Un silencioso te amo en un último esfuerzo.
Y en sus altivos pies… el poeta murió…
ISRAEL CARE
(Derechos reservados)
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