Entreabro los postigos del tiempo.
Me sumerjo en la vorágine del reloj
que cuenta mis días.
Puertas se abren, puertas se cierran.
Tras ellas la tierra, el fuego, el agua;
incógnitas que sólo serán develadas si descubro la llave.
Pero ¿y el aire?
Abro de par en par todas las ventanas,
y aparece el sol que sostiene horizontes,
la memoria de la lluvia, la tierra acicalada.
El viento me arrastra hacia la libertad,
soy fugitiva de mi vida.
Besos!
Patricia Ortiz
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